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P A T I O José María Pemán – Una filosofía de Vida
JOSÉ MARÍA PEMÁN .
( 1897 -1981 ) .
http://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Mar%C3%ADa_Pem%C3%A1n
-Franco : Convénzase Pemán , Europa está equivocada .
-Pemán : ¿Y por qué no probamos a equivocarnos también nosotros , mi general ?
Flores que cumplís condena
tras la prisión de estos hierros ,
¿ cuál ha sido vuestro mal ?
Luis Fernando Pérez, piano Enrique Granados – Danza Española nº 5 «Andaluza»
Y al nacer cada mañana
solo le pido a Dios
casa limpia en que albergar ,
pan tierno para comer ,
un libro para leer
y un cristo para rezar
El encanto de las rosas
es que siendo tan hermosas
no conocen lo que son
Entonces , solos , aquí
tarde de primavera ,
bajo la estrella primera …
¿ Tu para mi , toda entera !
¿ Y yo , todo para ti !
Flores que cumplis condena
tras la prisión de estos hierros ,
¿ cuál ha sido vuestro mal ?
Poetas de Andalucía
acabad lo que empecé
todo lo que dije mal
decidlo vosotros bien
Vamos tras algo divino
sin saber dónde se esconde
más , ¡ que importa saber dónde
si hay flores en el camino !
Cantando he dejado atrás
la vida que recorrí;
pedí poco y tuve más
de lo poco que pedí
Quiero gozar sin pasión ,
esperar sin ansiedad ,
sufrir con resignación ,
morir con tranquilidad
Todo el arte de vivir con paz y
resignación está en saber alegrarse ,
con cada rayo de sol
Vida serena y sencilla ,
yo quiero abrazarme a ti ,
que eres la sola semilla
que nos da flores aquí
Hay que morir sin compañía,
esposa mía y compañera ,
tuya es mi vida entera ,
pero mi muerte es sólo mía
Y a cambio de este alma llena
de amor que vengo a ofrecerte
dame una vida serena
y una muerte santa y buena
¡Cristo de la Buena Muerte!
José María Pemán
JOSÉ MARÍA PEMÁN explica al gran público qué es España. Partiendo de sus raíces ibéricas, celtas, tartésicas, púnicas o griegas, hasta llegar a Roma a quien desde luego todo se lo debemos: la lengua, el derecho y especialmente la fe cristiana. Pues España ha sido, y en ello insiste el libro que menciona muy expresamente a Ramiro de Maeztu, la creadora de ese patrimonio que es un equivalente del de Roma y al que llamamos Hispanidad.
Se ha reeditado «La Historia de España contada con sencillez» de José María Pemán, el gran escritor gaditano triunfante sobre el olvido impuesto por los papanatas de la culturilla. Tendrían que leerlo los niños, los estudiantes, los periodistas y los políticos. Su texto es una delicia, y don José María, como persona educada que era, no pretende adoctrinar a nadie. Fue una personalidad fundamental en la Literatura y el periodismo literario. Sus «Terceras» de ABC siguen constituyendo el no va más de la singularidad genial de un observador constante de la vida, de España y de las circunstancias de una y otra. Haría bien el centenario periódico en editar una antología de esas «Terceras» admirables. A los papanatas de la culturilla les arañaba el páncreas su popularidad y prestigio. Dominó el teatro, la narrativa, la oratoria y la poesía. Guardaba en su talento y su sensibilidad toda la luz de la bahía de Cádiz. Con tacto e inteligencia se erigió en la figura conservadora más crítica con el franquismo, y sirvió a su Rey en el destierro, don Juan III, con una lealtad insuperable. Esa lealtad la premió El Rey concediéndole el Toisón de Oro. A su casa de Cádiz, los gaditanos le pusieron «El Castillo de Javier», porque la compró con el dinero que ganó con «El Divino Impaciente», obra teatral en verso que recrea la vida sacerdotal y misionera de San Francisco Javier, el formidable navarro. Y hablaba con una seguridad, una fluidez, un rigor y una gracia que apabullaban. En Madrid vivía en la calle de Felipe IV, frente a la Real Academia Española, siempre rodeado de sus hijos, que acompañaron los últimos años de su vida al padre ejemplar herido por la muerte de su mujer. Don José María fue generoso con todos, incluidos los que le maltrataban en las críticas y los periódicos afines al Movimiento. Y amigo de poetas enfrentados en las ideologías. Lo era, y mucho, de otro desterrado, Rafael Alberti, con quien compartía la nostalgia por la bahía, el campo abierto de mar, y sal, y viñas, y dehesas, y pinares que se reúnen desde Jerez al Puerto de Santa María y de Sanlúcar a la tenaza azul de la bahía de Cádiz. A mi abuelo don Pedro Muñoz-Seca, según palabras y recuerdos de sus compañeros de suplicio en la checa de San Antón, pocos días antes de ser fusilado en Paracuellos del Jarama por la gente de Santiago Carrillo, le consolaba la lectura de distintas escenas del «Divino Impaciente». Y Cayetano Luca de Tena, que se sabía la obra de memoria, era el encargado de recitarle los versos de Pemán mientras paseaban, sin destino y sin futuro, por el patio del colegio de San Antón, convertido en cárcel y almacén de muerte por las autoridades republicanas. La grandeza de Pemán, además de literaria, era humana. Se dice que no importa el carácter de los genios, sino lo que dejan. De acuerdo. Pero es preferible un genio educado, simpático, abierto y siempre señor, que un genio rácano, malhumorado, pedante y soberbio. En Pemán nadie encontró un gesto de descortesía, ni una actitud de distancia, ni un ápice de cobardía. Creyó en Dios y murió con Dios. Creó una familia admirable que hoy se multiplica con biznietos que crecen orgullosos de su apellido. Y hacen bien en estarlo. Llevan en la sangre los genes de un auténtico Grande de España. El mismo que nos cuenta su Historia con sencillez. LA RAZÓN / PEMÁN